EL BARROCO

 

EL BARROCO INGLES: EL EUFUISMO

John Lyly (1554 - 1606): "Euphues".
John Milton (1608 - 1674): "El Paraíso Perdido".
Tomas Hobbes (1588 - 1679): "Leviathan".

EL BARROCO ITALIANO: MARINISMO

Giambattista Marini (1569 - 1625): "Adonis".

EL BARROCO ESPAÑOL
Culteranismo: Luis de Góngora y Argote (1561 - 1627).
Conceptismo: Francisco de Quevedo y Villegas: (1580 - 1645).

EL BARROCO FRANCES: EL PRECIOSISMO


Si el renacimiento significo la homogenización de los espíritus literarios al respetar y observar recetas, al imitar reglas rígidas; el Barroco significaría la heterogeneidad, pues los autores, al principio, buscaron la individualización, plasmar su sueño personal y característico. Es que la palabra Barroco se deriva del Portugués "Barrueco" (perla irregular que se distinguía de otras).

AL BARROCO SE LE PUEDEN APLICAR ALGUNOS ADJETIVOS:

Sensorial, suntuoso, evasivo, frondoso, rebuscado; de estilo recargado y ornamental, inconformista, decorativo, ampuloso, lucido, exagerado en metáforas, hiperbólico, hasta esotérico y de una visión desmesurada de la realidad.

Con el Barroco, la estética renacentista no murió sino evoluciono, pero busco la independencia e insistió en la creatividad que se expresaba en la tendencia a plasmar el contraste y la alegría.

En Italia, el Marinismo ensayó rarezas, efectos decorativo, aparatosa y opulenta arquitectura lingüística.

En Inglaterra, Bacon defendía el estudio de las cosas naturales, sin presunciones teológicas; John Milton presento al PURITANISMO, era radical y defendía el ideal republicano; Tomas Hobbes planeaba el absolutismo moderno; Lyly abusó de las alteraciones y de las interrogaciones retorica.

En Francia, la poesía era un fuego; el talento se mudaba en cortesía; la dicción, en preciosismo.

Al principio, el termino Barroco se aplicó a las artes plásticas, pero después se difundió por el ámbito de la poesía, teatro y narración. Se puede pues ser Barroco al estilo marinista, eufuista, preciosista, culterano, conceptista o ser rococó o churrigueresco. En todos los casos, el Barroco se definió  por su tendencia al énfasis, por su fastuosidad formal, por el uso de las hipérboles y conceptos oscuros y ambiguos, por el uso de metáforas y figuras retoricas ingeniosas y caprichosas; por los contrastes violentos y por su sintaxis hiperbólica; es decir, por el desorden de la oración.

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